29/03/2016
Según una información recogida por algunas agencias y publicada por el diario El Economista, la Eurocámara acaba de aprobar una resolución en contra de renovar los acuerdos con las principales empresas tabaqueras para la lucha contra el comercio ilícito de tabaco tras constatar que no ha habido una reducción importante del tráfico ilegal de cigarrillos en el continente.
Estos pactos comprometían a la industria a pagar a la Unión Europea y los Estados miembros cerca de 2.000 millones de euros entre 2004 y 2030, con el objetivo de evitar procesos judiciales por los impuestos defraudados como consecuencia del tráfico ilícito de cigarrillos.
Según esas mismas fuentes, Bruselas renunciaba con ellos a emprender acciones legales contra las empresas, frenando procesos en marcha como los de Philip Morris y Japan Tobacco International por su supuesta participación en el contrabando.
Los europarlamentarios encuentran también un posible conflicto de intereses en la utilización de fondos aportados por la industria para financiar la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), donde el 90% del dinero va a los Gobiernos europeos y el 10% a las arcas de la UE.
En cuanto a la finalización de los actuales acuerdos, el de Philip Morris acaba el próximo mes de julio, el de JTI en 2020 y los de BAT e Imperial Tobacco en 2030.
Según los datos publicados en El Economista, recogidos en los gráficos adjuntos, la marca más afectada por el contrabando es Marlboro, propiedad de Philip Morris. En España el 29.5% del comercio ilícito corresponde a tabaco de sus principales enseñas. Para evitar en su día demandas civiles, la tabaquera se comprometió con la UE a aportar más dinero que las demás: 1.130 millones de euros.
Los técnicos de la Comisión Europea coinciden con la pesimista visión de la Eurocámara, puesto que un análisis reciente sobre los resultados del acuerdo con Philip Morris ponía en evidencia que aunque el comercio ilícito de sus marcas había caído un 85%, no se podía establecer que se debiera al pacto alcanzado. Es más, este descenso no había redundado en una reducción general del contrabando en Europa.
Medidas más contundentes
En lugar de prorrogar los acuerdos con la industria tabaquera, el Parlamento Europeo insta a la Comisión a utilizar instrumentos más duros, como la directiva de tabaco de 2014 (que fija nuevas normas en relación a la fabricación, presentación y venta de labores de tabaco y productos relacionados), medidas adicionales contra las cheap whites (cigarrillos que entran a través de mercados de baja fiscalidad), un control más riguroso sobre los productos de Philip Morris, así como acciones legales.
El problema es profundo, ya que el tabaco aporta a los Estados miembros 90.000 millones de euros en impuestos cada año, mientras que el menoscabo a las arcas públicas producto del comercio ilícito es de más de 10.000 millones de euros anuales. Con la firma de estos acuerdos, la industria se comprometía a combatir férreamente el contrabando, vendiendo a clientes legítimos, haciendo un efectivo seguimiento de la cadena de suministro y limitando la producción a la cantidad demandada por el mercado legal.
Fuente: El Economista